La música lo marcó desde pequeño. A partir de los 9 años comenzó a prepararse artísticamente, tomando clases de percusiones, y más tarde de canto y vocalización con maestros particulares.

Paralelamente a sus estudios de música y profesionales, Cox tuvo importantes participaciones en coros y en algunos grupos profesionales, con los que fue enriqueciendo su formación.

Más tarde comenzó a viajar a Miami, donde participó en algunas coproducciones y posteriormente se fue a Barcelona, donde permaneció por varios meses, continuando su preparación musical, además de incursionar en la fotografía.

De hecho, en Barcelona Cox concreta el concepto de su primer álbum, y regresa a la ciudad de México para iniciar los preparativos de la grabación de su disco.

Cox, título del disco, es producido por Armando Ávila, uno de los productores jóvenes más exitosos en los últimos años, con quien hace una perfecta mancuerna y graban grandes canciones que fueron éxitos en su tiempo, con arreglos modernos, vanguardistas y una onda nocturna, con las cuales busca consolidarse en el gusto del público que creció con estos temas y llegar a las nuevas generaciones.

El primer sencillo fue "Mi gran Noche", que Raphael inmortalizara en los años 60, precisamente. Este álbum homónimo se editaría en México, Estados Unidos y Sudamérica, con una gran aceptación, y “Mi gran noche" causó furor entre el público latino.