El estadounidense Matthew Sweet es una de las figuras esenciales del pop de guitarras de los últimos 15 años. Mentar su nombre es provocar la admiración entre los amantes del powerpop.
La carrera de Matthew Sweet presenta una singular animadversión hacia el éxito. O hacia la presión que éste conlleva. Cada paso hacia la popularidad que ha dado, y su currículo presenta un par de discos de oro, ha estado seguido de un oscurecimiento de su sonido, cuando no de una reclusión en sí mismo.
Sus primeros pasos en un grupo musical los dio colaborando con Oh-OK,encabezado por Lynda Stipe, la hermana del líder de REM trasladándose a Georgia y dejando atrás su lugar natal (Nebraska). Después formaría su propia banda, Buzz of Delight, lo que sirvió para llamar la atención acerca de su talento.
Pero las esperanzas se tornan en promesas rotas, cuando tras sus dos primeros álbumes ya como Matthew Sweet "Inside" (1986) y "Earth" (1989) es despedido consecutivamente de las dos multinacionales.
Su paso a la independencia se saldaría con su primer gran éxito, Girlfriend (1991) alcanzaría una repercusión importante, haciéndole alcanzar un estatus como autor reconocido. Gracias a canciones tan arrebatadoras como Divine Intervention, Evangeline o la propia Girlfriend.
En lugar de celebrarlo como un vanidoso mortal, la presión sobrepasó a un recién divorciado, que encontró cobijo en el hermetismo y en el alcohol. Es así como llegamos a "Altered beast" (1993), un disco oscuro y menos accesible, que para algunos de sus fans es poco menos que la cima de su carrera, pero al que el público general optó por dar la espalda.
El éxito volvió a sonreírle, con su siguiente disco "100 Fun", ya recuperado y con un aire mas positivo alcanzó su segundo disco de oro en Estados Unidos y logró el mayor hit-single de su carrera: Sick of myself.