El 14 de septiembre de 2024 será recordado como una noche clave en la carrera de El Plan de la Mariposa. En su primer show en el Movistar Arena de Buenos Aires, la banda presentó su séptimo álbum Correntada, un trabajo que marca un nuevo capítulo en su constante evolución musical. Con entradas agotadas y 15.000 personas coreando cada canción, la banda necochense dejó su huella en uno de los escenarios más importantes del país, demostrando que su "rock libre" sigue creciendo sin límites.

La energía del público y el ambiente

Desde el primer acorde, el público se entregó por completo a la experiencia. Los fanáticos de El Plan de la Mariposa no solo asistieron a un concierto; participaron en una especie de ritual colectivo, donde las emociones fluyeron al ritmo de la música. A lo largo de las tres horas de show, el Movistar Arena fue un mar de luces, saltos y voces que no dejaron de acompañar cada canción. La banda, liderada por Sebastián Andersen, supo captar esa energía y devolverla multiplicada, generando una conexión íntima con su audiencia, a pesar de la inmensidad del lugar.

El setlist: un recorrido por el alma de Correntada

La noche comenzó con fuerza al ritmo de "Serenata de una ruta larga", una de las canciones más destacadas del nuevo álbum, que dio inicio a un viaje musical profundo. A lo largo de la noche, la banda interpretó casi todas las canciones de Correntada, incluyendo temas como "Pulpo", "Esquina de la Sombra" y "Fuego de Febrero". Estos cortes, llenos de matices sonoros y letras reflexivas, resonaron entre el público como himnos de introspección y liberación.

Además, el show no estuvo exento de momentos de sorpresa y emoción. Don Correntada, el misterioso personaje que protagoniza la portada del álbum, se convirtió en parte del espectáculo, "navegando" por encima del público en un gomón durante la interpretación de "Mar Argentino". Este momento fue uno de los puntos álgidos de la noche, con Seba Andersen sumándose a la travesía mientras cantaba y era llevado por las manos de sus fans.

Un espectáculo visual y emocional

El Plan no solo brilló por su música. La puesta en escena, con un despliegue visual imponente, hizo que el concierto fuera una experiencia multisensorial. La combinación de luces, proyecciones y la participación del público con sus celulares creó momentos mágicos, como el que se vivió durante "Navegantes", donde el escenario se transformó en una especie de fogón íntimo, a pesar de la multitud presente.

Las voces de los hermanos Andersen se alternaron para darle dinamismo al show. Valen y Cami Andersen se lucieron con interpretaciones emocionantes de "Oro de Abeja" y "Savia", mientras Sebastián guió al público a través de las emociones más profundas de Correntada. Cada canción fue un reflejo de la naturaleza y las correntadas de energía que, como ellos mismos describen, "se pasean por el cuerpo".

Un final apoteósico

El cierre fue tan poderoso como emotivo. La última parte del show incluyó clásicos de la banda como "El Riesgo", que fue coreado a todo pulmón por los miles de presentes. Con esta despedida, quedó claro que este no fue un simple concierto, sino una celebración de todo lo que El Plan de la Mariposa ha logrado hasta ahora, y una promesa de que lo mejor está por venir. Como bien lo expresan en su canción "Incandescente", las despedidas son solo un hasta pronto.

Por Eleonora Maritano