El 25 de septiembre de 1980, Led Zeppelin se encontraba en medio de los preparativos para su próxima gira por América del Norte, la primera en tres años. La banda había estado ensayando el día anterior en la casa de Jimmy Page en Windsor, pero esa mañana, John Bonham, su legendario baterista, fue encontrado muerto. La causa fue asfixia por vómito, resultado de una noche marcada por el consumo excesivo de alcohol. Con su fallecimiento, no solo la banda perdió a un miembro clave, sino que el mundo del rock vio extinguirse a uno de los grupos más influyentes de la historia.

John Bonham, conocido por su estilo único y su presencia poderosa en el escenario, había mostrado signos de agotamiento en los meses anteriores. En uno de los ensayos previos, confesó a Robert Plant su frustración, afirmando estar cansado de tocar la batería, una declaración que no reflejaba su verdadero talento, ya que era considerado uno de los mejores bateristas de todos los tiempos. Su estilo rítmico marcó el sonido característico de Led Zeppelin y su impacto en el mundo del rock es innegable.

La gira que estaban planificando prometía ser un regreso triunfal para la banda, tras un periodo complicado lleno de retos personales y profesionales. Sin embargo, la tragedia truncó estos planes. Apenas unos meses después, en diciembre de 1980, los miembros restantes de Led Zeppelin emitieron un comunicado anunciando la disolución del grupo, ya que no podían imaginar continuar sin Bonham a su lado.

El último concierto de Led Zeppelin con Bonham tuvo lugar el 7 de julio de 1980 en Berlín, Alemania. Esa noche, tocaron clásicos como "Stairway to Heaven" y "Whole Lotta Love", en lo que sería su última actuación juntos. A pesar de las tensiones y problemas de salud que aquejaban a algunos de los miembros, Bonham demostró estar en plena forma, aunque los problemas subyacentes finalmente cobraron su precio.

La muerte de Bonham no solo significó el fin de Led Zeppelin, sino también la pérdida de una de las figuras más icónicas del rock. Desde entonces, la banda solo se ha reunido en ocasiones especiales, con Jason Bonham, el hijo de John, ocupando el lugar de su padre en la batería. Sin embargo, el impacto de su ausencia y la huella que dejó en la historia del rock perduran hasta hoy, recordándonos que, para Led Zeppelin, Bonham no era simplemente un músico, sino el alma de la banda.