El concierto de Queen en el Madison Square Garden el 29 de septiembre de 1980 fue parte de su gira The Game, en pleno auge de la banda. Este show marcó un momento crucial en la carrera de Queen en Estados Unidos, donde consolidaban su popularidad gracias a éxitos como "Another One Bites the Dust" y "Crazy Little Thing Called Love", ambos de su álbum The Game.

Contexto y puesta en escena
En esa época, Queen estaba experimentando con nuevos sonidos, incluyendo el uso de sintetizadores, lo cual era notable en su música de The Game. Freddie Mercury, con su imponente presencia escénica y extravagantes trajes, era el centro de atención. Brian May, Roger Taylor y John Deacon completaban el potente sonido en vivo con sus distintivos solos de guitarra y batería. El escenario estaba lleno de luces deslumbrantes y efectos visuales que subrayaban la teatralidad de su performance, algo que Queen siempre manejó con maestría.

El setlist del concierto incluyó una mezcla de clásicos y nuevas canciones. Comenzaron con una explosiva versión de "Jailhouse Rock", seguida de un rápido "We Will Rock You". Entre los temas más destacados estuvieron "Play the Game", "Killer Queen", "Bohemian Rhapsody" y la reciente "Another One Bites the Dust", que rápidamente se convertía en un hit. También tocaron canciones icónicas como "We Are the Champions" y cerraron con "God Save the Queen", una tradición de sus shows en vivo​.

Datos de color
Este concierto fue parte de una serie de tres noches consecutivas en el Madison Square Garden, una señal de su inmensa popularidad en Nueva York. La banda estaba en su mejor momento en términos de presencia en los charts y de dominio del escenario, lo que hizo que estos conciertos quedaran marcados en la memoria de sus fans. Las críticas de la época resaltaron la energía inagotable de Mercury y la habilidad técnica de May y Taylor durante los solos.

En resumen, este concierto fue una celebración de todo lo que hacía de Queen una de las mejores bandas en vivo de la historia, en un lugar tan icónico como el Madison Square Garden, en el apogeo de su éxito global.